SANTABAIA (SAN PEDRO)

La iglesia parroquial, edificio de fachada en granito con un singular reloj solar, con retablo barroco, a pesar del que sugiere su nombre (Santa Baia), tiene por patrón a San Pedro, ya que en el pasado se depositó en la iglesia parroquial una talla de este santo procedente de la vecina parroquia de Lanzós con motivo de un juicio de profanación.

A un lado de este templo se encuentra un crucifijo en el que destaca la cruz, de grandes dimensiones. Sencillo crucifijo realizado en granito. Está formado por una base monolítica troncopiramidal lisa y un fuste ochavado, coronado por un capitel troncopiramidal con molduras rectangulares, en el que se asienta una cruz florenzada también ochavada. La cruz se acompaña de dos figuras, en su parte frontal muestra una imagen de Xesús crucificado con una corona de espinas y sobre él a cartela, y en la parte posterior una imagen femenina monolítica, sin ningún movimiento; ambas son de forma fuerte y desproporcionada, típicas de estas producciones populares arcaizantes.

Junto a la ermita de Santiago de Bordelle se encuentra otro crucifijo, realizado por los canteros de los Carboeira, de la parroquia de Román.

La escuela habanera de la Liga Santaballesa, edificio construido, a expensas de una sociedad cívica constituida por vecinos emigrados en Cuba, a principios del siglo pasado para albergar una escuela. Construcción eminentemente popular, sólida y compacta inspirada en las casas de labranza, cuenta con algunos recursos plásticos que ennoblecen la fachada, especialmente en su vía central, ligeramente adelantada y coronada con elementos decorativos. En su interior se recrean una escuela y otras estancias de principios del siglo pasado, y también se rinde un recuerdo a la emigración que dio lugar a este centro. Primer centro educativo mundial que establece la enseñanza en lengua y gramática gallega.

Cerca de la escuela de la Liga Santaballesa se encuentran una recreación de un pequeño poblado castreño, con diversas construcciones y utensilios de uso diario en la época, y la recreación de una medoña, construida de tal manera que se puede visualizar su interior.

Pero si algo destaca en Santabaia son los vestigios arqueológicos que hay por su territorio, como el cobijo del paleolítico A Pena Grande, así como el menhir Pedra-Chantada.

Pedra Chantada, situado en medio de una necrópolis megalítica compuesta por más de veinte mámoas, su función posiblemente esté vinculada a un culto en las encrucijadas y caminos por lo que algunos autores los consideran los antergos más lejanos de los crucifijos. De los pocos ejemplos de menhires conservados en Galicia, este del Carrizo es el más notable con fecha de la Edad de la Piedra Pulida. Se encuentra aproximadamente en el centro de una gran necrópolis megalítica que se desarrolla a lo largo de un antiguo camino. Habitualmente se relacionan estos monolitos con culto a las encrucijadas, que los romanos aglutinaron bajo la adoración de los Lares Viais, siendo ambos antecesores de los crucifijos. La escasez de menhires en Galicia hay que explicarla por el relevo de las monolíticas formas primitivas por altares romanos, y de estos, con el cristianismo, por crucifijos. Situado al pie de un Camino Real, tiene una altura próxima a los tres metros.

Pena Grande es el más importante y monumental yacimiento del Paleolítico de Galicia. Grupos de cazadores nómadas acamparon bajo este potente afloramiento rocoso de modo estacional, recolectores de los tiempos de la Cueva de Altamira.

Desde el suyo privilegiado asentamiento, bien protegido de las inclemencias del frío clima de la época, controlaban las migraciones de las grandes manadas de animales que atravesaban el territorio; estos animales les servían de alimento, les proporcionaban pieles para abrigarse y les ofrecían astas y huesos para hacer puntas de lanza y agujas de coser.

Medoña do Estelo, es el mayor túmulo de los que forman parte de la necrópolis de Pena Grande. Datado al final de la Edad de la Piedra Pulida, tiene dos metros de altura y dieciocho metros de diámetro. Al ser desposeído de su loseta de cubierta, se puede observar una cámara mortuoria poligonal, formada por cinco laxes de cuarcita y abierta hacia el levante. Está situada al pie del Camino Real.

Castro de Trastomil, al pie de la iglesia parroquial de San Pedro de Santaballa se encuentran dos yacimientos arqueológicos, hoy la penas perceptibles en superficie, se trata de un castro y de una villa. El primero es un asentamiento fortificado cuya origen remonta a la Edad de Hierro, aunque se seguirá habitando durante la Época Romana. El segundo, un poco más al sur, se trata de un asentamiento rural romano, una especie de cortijo donde los nativos castreños trabajan en condiciones poco ventajosas para un romano o para un nativo colaboracionista con los invasores; en este asentamiento conocido como Vila de Trastomil se descubrieron numerosas cerámicas de construcción, así como algunos molinos y una columna.

Situado en el Rego de Bordelle existe un pequeño molino. Es una construcción tradicional ejecutada en mampostería concertada, de planta rectangular con un pequeño pórtico delantero, que está cubierto a dos aguas con laxes de cuarcita y pizarra, sustentadas en una rústica armadura de madera de tijera sobre viga. En su interior conserva su única muela así como otros mecanismos utilizados en el proceso de elaboración de harina.